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Informe añada 2021

By 21 de noviembre de 2021julio 22nd, 2022No Comments

Hace tan sólo unas semanas dimos por terminada la cosecha en los viñedos y en estos momentos ya tenemos nuestros vinos en plena fermentación maloláctica.

Si bien el 2020 tuvo un ciclo prematuro, en el 2021 la mayor parte de la región de Calatayud recuperó un ritmo más típico en cuanto al estado fenológico de la vid.

2021 ha dejado su huella en los viñedos. La tormenta Filomena en enero nos atizó con temperaturas extremadamente gélidas y unas cantidades de nieve que en esta parte del mundo no se veían en los últimos 50 años. Las imágenes que pudieron captar las cámaras eran de una increíble belleza pero fueron momentos durísimos por el descenso alarmante y casi peligroso de los termómetros y la amenaza de perder para siempre algunos viñedos. A pesar del periodo de latencia invernal, muchos de esos viñedos sufrieron daños vasculares por lo que la brotación fue muy irregular y escalonada. Hasta entre 4 y 6 semanas se tardó en alcanzar la brotación completa en muchos viñedos.

En algunas cepas hemos perdido brazos enteros y cuando llegue el momento de la poda el próximo año, se tendrán que reconducir para darles vigor y desarrollo. Sin embargo aunque hayamos sufrido algún contratiempo, en general hemos sido muy afortunados al habernos librado de daños más severos y las viñas se han recuperado adecuadamente. Una de las virtudes de la Garnacha es de hecho la espectacular adaptabilidad de las cepas.

Filomena no fue la única inclemencia meterológica que nos deparó este año. En el mes de mayo nos llegaron tormentas de granizo casi apocalípticas que en pocos minutos arrasaron las cepas. Vecinos y amigos vieron cómo todo su trabajo y esfuerzo de meses desaparecía de repente. Afortunadamente, nuestras viñas no se vieron afectadas por el granizo.


La presión por enfermedad
fue inferior a la de 2020 durante la floración y el proceso de cuajado. Sin embargo, la ola de frío al final de la fase de cuajado provocó un corrimiento, un descenso de fertilización y unas bayas de diferentes tamaños y maduración en ciertas parcelas.     

 

El verano ha sido en general seco y suave con una maduración lenta y gradual. Justo antes de comenzar la vendimia a principios de septiembre, nos vino alguna tormenta que mantuvo en vilo algunos viticultores que auguraban buena cosecha. No nos vimos afectados por la botritis en gran medida por el ya buen estado de la uva, por los rendimientos sensatos así como por nuevas técnicas ecológicas que estamos llevando a cabo, como el uso de Bacillus amyloliquefaciens que pulverizamos para vencer la putrefacción.

Los vinos tienen este año un ácido málico superior debido al tiempo frío en la fase de maduración. Son vinos crujientes e interesantes. Recogimos la Garnacha antes que el Macabeo que maduró más tarde este año. Estuvimos un mes vendimiando nuestras parcelas, del 13 de septiembre al 13 de octubre. Los vinos de la cosecha 2021 me recuerdan a los de cosechas anteriores más frescas, como las de los años 2004, 2008, 2013 y 2018 en cuanto a calidad se refiere.

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